lunes, 28 de diciembre de 2015

vida espacial

Estos días, nos hemos ido de nuevo hacia la placa gris, donde  podemos definir de la forma más completa nuestra vida de escaladores.

En la placa gris, encontramos la escalada de tantas formas, como para elegir esta roca para siempre.

En la placa gris, descubrimos nuestra capacidad de equilibrio sobre la vertical, además de nuestra resistencia para trepar.

Su inclinación, nos permite probar y probar, ya que no se  trata de una escalada de fuerza, esa que nos deja vacíos para todo el día. Podemos calcular el enlace de movimientos antes del pegue definitivo, viviendo lo bonito de la escalada, sin que el entrenamiento de brazos fastidie nuestro plan.

En un primer intento, la multitud de combinaciones de pies y manos nos enseñan como concentrarnos; mientras que el pegue de la decisión, no deja espacio para el dolor de pies.


































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