Un boulder es un bloque de piedra y también un movimiento difícil
de la escalada libre.
En la
Escalada Libre se
utilizan los pies, las manos, el tronco y las rodillas para progresar por las
formas de la roca.
El boulder se puede practicar a poca altura del suelo y sin
necesidad de cuerda, solo con unos pies de gato y una bolsa de magnesio.
En los pequeños bloques de piedra que vemos en los bosques,
podemos practicar cómodamente la escalada de dificultad y aprender a manejarnos
en todo tipo de inclinaciones.
Aquí es donde fácilmente forzamos al máximo nuestra capacidad y donde conoceremos nuestros límites de la forma más rápida.
Todo esto sirve para trasladarlo a las vías de escalada
deportiva o alpina, y además vale como entrenamiento para ello. De un bloque
de piedra se consigue un trabajo continuo, algo que es difícil lejos del suelo.
En una vía de dificultad alpina o deportiva, tenemos que pasar antes de las “secciones de boulder” por otras más suaves o de transición que nos fatigan o nos desconcentran para cuando nos vemos en la parte clave. En cambio si practicamos cerca del suelo podemos escoger directamente la dificultad.
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